miércoles, 20 de junio de 2012

El viejo árbol a la ribera del río

No duerme el árbol dorado

Sin causa en la ribera del río

Que cual lejano recuerdo

Fluye lento hacia el olvido.

No, no duerme el árbol,

Sino que sueña su destino

Presa de sus raíces que beben,

Del agua, su vino,

Que es claro y fragante

Como el llanto de un niño.

No allega sus ramas

Hasta tocar el brillo

De la luna sobre las crestas

Que desata el viento esquivo.

Ni prende en sus copas verdes

El altanero árbol erguido

El trino de los lenguaraces pájaros

Sin un propósito fijo.

No cabecea en la tormenta

Si los cercanos vecinos

no prenden los faroles

que iluminan el camino.

No, el árbol dorado,

No es adusto y mezquino

Es sólo un árbol viejo

Solitario, cansado y cetrino

Que ve terminarse sus días

Junto a la verde ribera del río.