Podría dormir tranquilo si la
noche no fuera
Tan silenciosa o espesa,
Dulce de leche, pastel de nata,
Podría dormir hecho un ovillo,
Junto a mi ovillo de gata,
Azabache en la oscuridad nocturna
Hierática como una egipcia
estatua.
Podría dormir si no fuera tan
violenta
La nada que en mi dormitorio
acecha
Si las cuatro paredes tan blancas
No se estrecharan y me
oprimieran,
Podría dormir si dormir no me
matara.
Podría cerrar los ojos y dejarme
abandonar
A la pequeña muerte cotidiana
Pensando que tu cuerpo contra el
mío
En un desliz se rozaba,
Sintiendo tu espalda infinita
Contraerse entre mis manos
piratas.
Podría dormir después de abordar
tu cubierta
Y saquear tus entrañas,
Después de subir a tu cofia y
escalar
Ese indomable palo de mesana.
Podría dormir esta noche, con tu
cuerpo
Apresado en las redes del alba,
Mirando desde el castillo de proa
Tus ojos castaños, tu frente
despejada.
Podría dormir, pero no duerno,
Porque esta eterna noche ingrata,
El velero que yo amo, está lejos
Surcando la noche encantada de
Granada.