Una vez vi a alguien que se ahoga
y pedía ayuda. Pero decidí no hacer nada. Al final, claro, lo vi ocultarse bajo
las olas crispadas que empujaba el viento iracundo. Me quedé observando las
gaviotas que progresaban en el cielo nublado haciendo piruetas ajenas a la vida
que se perdía y a mí mismo que no hacía nada por evitarlo. Pero yo sabía bien
lo que hacía. En realidad él no quería salvarse. Solo agitaba los brazos para
llamar la atención, para que el mundo fuera consciente de su desgracia. Pero
solo eso. Podría haber nadado. Podría haber intentado flotar y hacer un
esfuerzo para llegar a la orilla. Pero nada de eso hizo. Se limitó a hacer
aspavientos y gritar de manera patética para que el universo viera como se
hundía sin remisión en las profundidades oceánicas. Hay quien prefiere llamar
la atención y quejarse y gritar a hacer el esfuerzo de salvarse nadando. Por
eso me quedé impasible viendo las olas sucederse en un mar embravecido que como
la vida termina ahogando siempre al que no nada.
Un espacio para el pensamiento libre, para lanzarse al vacío, sólo, con el paracaídas de la palabra. Si eres osado en tu pensamiento, si no tienes prejuicios, si la vida te apasiona; di "amigo" y entra.
lunes, 23 de marzo de 2020
sábado, 21 de marzo de 2020
LA CANCIÓN DEL VAQUERO SOLITARIO
Soy un vaquero solitario que surca el espacio
Cabalgando un planeta azul,
Soy un vaquero solitario,
Todos lo habéis visto en las películas.
No llevo armas, soy un hombre tranquilo,
Con la palabra desnuda mi disparo es certero,
Soy un vaquero sin estribo
Que cabalga un planeta azul desierto.
Entre las estrellas, ya lo veis,
En los espacios siderales, voy despacio,
Con mis espuelas, de plata de ley,
Clavadas sobre la tierra de antaño.
Soy un cowboy sin guión
Que espolea en la noche infinita
Un planeta olvidado por el mismo Dios,
Soñando feraces praderas floridas.
Vosotros me habéis visto de imprevisto,
En vuestros sueños de libertad
Quién sabe si os habéis cruzado conmigo,
Un viejo borracho sin rostro ni edad.
Os habéis olvidado de los vaqueros,
De sus caballos y de los cielos,
De los lobos solitarios que libérrimos
Pastorean extensas manadas cerca del Río Rojo.
Joder, que estúpidos sois.
Se os ha olvidado el aire limpio,
El agua fría por la mañana en la cara,
El oscuro elixir líquido
Cuyo humo las nubes preñadas arrastran.
Soy el último vaquero que cabalga
Entre deshilachadas estrellas escarlatas,
Entre los espacios infinitos,
Allá donde las praderas son mi cama.
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