domingo, 13 de septiembre de 2020

EL OLVIDADO VALOR DE LA EDUCACIÓN.


Cada vez me deprime más la poca consciencia que existe en España de lo importante que es la educación. Y no lo digo por muchas familias, que también, sino por una buena parte del profesorado. Creo que no tienen claro qué significa la educación, porqué hay que tomársela tan en serio. Cuando se aprueba a un estudiante que ha abandonado las asignaturas en 4º de ESO y se le da el título por la cara, el mensaje que estamos transmitiendo es que no es preciso esforzarse, que no vale la pena esforzarse. Cuando un estudiante llega a 4º de ESO sin haber repetido un solo curso y sin haberle hecho una adaptación curricular significativa, y ese estudiante apenas sabe algo más que poner su nombre; cuando a ese estudiante se le hace titular en ese estado de ignorancia y falta de madurez intelectual y académica no le estamos haciendo un favor. Estamos reconociendo nuestro fracaso, como profesionales y como sistema. Si somos incapaces de ayudarle de verdad y lo único que podemos hacer por él es regalarle un título, es que algo estamos haciendo muy mal. Si un estudiante chino titula prácticamente sin saber español, con casi todas las materias aprobadas, es que esto es un cachondeo, es que no nos estamos tomando en serio la educación.
Pues sí, todo esto pasa, está pasando. Es así de increíble y así de crudo.
Cuando implementamos sistemas que disuaden a los estudiantes de esforzarse o de trabajar en el primer trimestre pq lo compensan haciendo un poquito en el segundo y el tercero, no, no les estamos ayudando, les estamos restando lo mejor que podemos transmitirles, el valor del esfuerzo, el gusto por el trabajo bien hecho.
Cuando un profesor sistemáticamente aprueba a todo el mundo porque así no tiene que hacer exámenes de recuperación ni rellenar informes, está destruyendo la esencia misma de la educación. Está privando al alumnado de su derecho a ser corregido, a ser encauzado en el camino correcto, a mejorar, a aprender a superarse, a ser mejores personas y mejores ciudadanos.
El valor de la educación radica en que podamos transmitir a nuestros estudiantes que pueden mejorar gracias al conocimiento y la mejora de sus competencias. Pero todas esas conductas que he relatado, solo les trasmiten desidia y apatía.
Comprendo ahora la razón por la cual mi querida tierra, la Andalucía que me vio nacer, siempre es el farolillo rojo en todos los índices educativos. Cada vez comprendo más la razón de ese merecido puesto.