lunes, 21 de octubre de 2013

SOBRE LO NATURAL Y LO MANUFACTURADO.



Hoy es un buen día para los que amamos la razón y la ciencia. Y esto, porque se acaba de publicar un estudio según el cual las causantes de la Fibrosis pulmonar idiopática son las plumas de edredones y almohadas.
La primera consecuencia es cambiar el nombre a la enfermedad pues al localizarse el agente etiológico que la produce ya lo de idiopática sobra. Este adjetivo lo usan los médicos para no decir no tenemos ni puñetera idea de lo que causa su enfermedad, porque claro, en tal caso, perderían su aura de omnisciencia, y eso si que no, que para eso llevan bata blanca.
La segunda consecuencia es, para mi, más interesente. A saber, que lo natural no es mejor ni peor que lo manufacturado por los seres humanos y apoya un argumento que ya esgrimí un día, ese según lo cual lo artificial no existe, pues todo lo que los seres humanos hacemos lo hacemos conforme a las leyes naturales y, por ende, es natural.
Vivimos una época en la que una corriente importante va atravesando el planeta denostando lo manufacturado a favor de los productos llamados naturales y ecológicos. Lo cual desde mi punto de vista es absolutamente absurdo. He de recordar que esa “arficiosidad” permite poner productos frescos, como verduras y hortalizas, o carnes y pescados en las mesas de millones de personas a precios asequibles, lo cual sería imposible sin esos medios industriales y poco ecológicos.
Así mismo, esa tecnología nos ha permitido crear vacunas y fármacos que impiden que las epidemias asolen Europa, como ocurría otrora, acabando con la vida de millones de personas al año. Cosa que por desgracia sigue ocurriendo en los países subdesarrollados, en muchos de los cuales la esperanza de vida sigue sin superar los 40 años.
Y ahora se descubre que lo “natural”, la pluma de aves, produce una enfermedad extremadamente grave y de escasa supervivencia.
No es que a mi no me guste lo llamado natural y ecológico. Creo que es importante adoptar determinadas aptitudes razonables y guiadas por la ciencia en pos de conservar el planeta. Y creo que un tomate de la huerta no se puede comparar ni de lejos con uno del Carrefour. Pero también digo que la industria y la ciencia nos ha permitido unos niveles de confortabilidad y salud imposibles de alcanzar de otra manera.
Por ello cuando veo esas campañas contra determinados productos, o contra las vacunas o contra los transgénicos, etc, me cabreo bastante. Porque casi todas ellas adolecen de un profundo desconocimiento de la ciencia cuando no de una insoportable manipulación de la opinión pública.

Por último recordar que el planeta Tierra ni está ni estará jamás en peligro por causas humanas. Siempre recuerdo a quienes me escuchan que la Tierra tiene un largo historial de extinciones en masa, una de las cuales, la del Cámbrico hace unos 500 millones de años acabó con el 95 % de la vida del planeta. El planeta puede desertizarse o congelarse, inundarse o arder literalmente en supervolcanes que produzcan los efectos de un invierno nuclear durante años, pero su propia dinámica le lleva a posteriores equilibrios. Lo único que puede amenazar al planeta Tierra son los fenómenos cosmológicos. Los seres humanos, por muy importantes que se crean, no son más que una excrecencia orgánica puntual en la historia de la Tierra.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Y, A PESAR DE TODO, REBELDÍA



Una flor de escarcha se mece dormida en la noche
Sobre su tallo lapizlazuli
Clavado sobre la húmeda tierra ocre,
Y gime en su sueño núbil;
Se agita, suspira y oye
El impenetrable silencio nocturno roto
por el llanto quedo del oboe,
Preso de una repentina tristeza
Mezcla de dolor y reproche.

Nace en la profunda oscuridad del universo
La semilla tierna que corrompe
El último de los corazones límpidos,
Feraz ribera preñada de olores
Donde las aves riparias cazan
Al amparo de los juncos cantores.

Ya no brama el toro en la dehesa
Ni la esquila marca el galope
De la manada que pisa con fuerza
Bajo las encinas y los alcornoques,
Ya no enseñan el romero y la salvia
Sus ropajes multicolores,
Ahora Agata Ruiz de la Prada
Nos viste como payasos informes.

No partió de Granada, Boabdil con su corte,
Para que fuera ahora esclava
De los estúpidos inversores
Que jamás pusieron el pie en sus calles
Pero nos adjudican míseros valores
En su maldito juego de monopoly
Donde juegan con nuestras vidas de manera innoble.

Tan altas las cumbres de Sierra Nevada,
Tan fieras las altas torres
Desde la alcazaba de la Alhambra
Lloran como lloran los hombres
Aquellos que se fueron hacia las Alpujarras
Y dejaron las tierras soñadas
En manos de rufianes y sacerdotes.

Ahora ya, el ocaso es un paño negro de azogue
Que lentamente teje con hilo escarlata
Un futuro cercano que sólo esconde
La miseria de una tierra sedada,
Enfebrecida, concentrada en sus dolores,
Que no es capaz de erguir su espalda
Y agitar en la tarde los antiguos pendones
Para echar de nuestras casas

A esta pléyade de malditos ladrones.