lunes, 26 de enero de 2015

EN LA DISTANCIA



Puse un pie en el estribo
de tu acuosa mirada,
cual osado jinete
que montara un caballo de agua.
Fluida tu cintura,
fluviales tus nalgas,
macizos tus muslos,
tu pubis en llamas.
Enhiesto sobre tu grupa
atravesaba las praderas de sábanas
sobre el quicio del lecho revuelto
enhebrando tu carne calcinada.
Y envueltos en las columnas de fuego
arribamos exhaustos al alba,
apagados los ardores de la noche
dormimos abrazados entre las mantas.

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