viernes, 1 de mayo de 2020

BARCOS EN LA NIEBLA

Ha vuelto a ocurrir. Es un hecho reseñable por su infrecuencia. En esta vida complicada llena de gente insustancial y trivial, encontrar a otro semejante que merezca la pena es como hallar al esquivo unicornio. Bello y escaso.
Pues bien, otro ser especial, interesante, ignoto y complejo ha aparecido en mi vida. Esta vez es una mujer, hecho aún más raro, pues es sabido la poco conexión que suelo tener con el sexo femenino.
Como un niño con zapatos nuevos, siento una mezcla de extrañeza y ansiedad, por desenvolver el regalo, por descubrir sus secretos, por explorar los más recónditos recovecos de su cerebro.
También cierta ilusión contenida después de la mala experiencia con la última persona con la que pensé tener una relación especial y estrecha.
A estas alturas de mi vida he aprendido a no esperar nada, pero a desearlo todo. Tiempo a tiempo.

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