lunes, 19 de agosto de 2013

RUPTURA (versión libre)

A veces la punta insomne del amanecer me despierta
con una ominosa tormenta que arremolina
Los despojos de mi cuerpo a los pies de tu cama
Donde yaces como un perro que aúlla a un extraño.
Un atroz sonido que se expande por la habitación,
Destrozada en la madrugada,
En la que apenas quedan muros en pie
Entre los que permanezco sentado sin aliento,
Como un pollo al que han arrancado la cabeza.
Un murmullo informe,
Que esconde las esquinas de su infamia
bajo los restos de muebles esparcidos por el piso,
Va reptando, dejando un ominoso reguero de reproches
Por las baldosas y las paredes;
Trepando por el techo,
Columpiándose en la lámpara.
Un estruendo insoportable, icognoscible,
Profundo como una garganta hendida,
Implacable como el acero del torero,
Va horadando la bóveda de mi cráneo,
Buscando las suturas entre los huesos
Para colarse hasta la materia blanda,
Hasta ese amasijo de células que soy,
Para lamerlas, escupir sobre ellas,
Segregar su ponzoñoso veneno
Hasta que mis oídos comienzan a supurar
Con un líquido viscoso que es mío y ajeno,
Que es odio condensado en pequeños sorbos
Para que sea más fácil poder tragarlo.
Y el brebaje va corroyendo mi ser y lo poco
Que queda entre tú y yo,
Y nos vamos mezclando con los materiales
Para crear una sustancia amorfa que a su vez fluye
Por las paredes muertas del edificio
Para buscar a otras parejas que como nosotros
Hace tiempo que están putrefactas
En su cotidiana existencia sin sentido.


3 comentarios:

  1. Qué tremendo sollozo, amigo, y qué desesperado grito, quién sabe si de liberación o de abandono.
    Un saludo
    Juan M

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  2. estado de ánimo sobre todo, gracias por tus palabras

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  3. Se siente la rabia contenida que sale a borbotones entre las letras de las palabras, quizá no sea la cura, pero si parece un alivio. Tremendo.

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