jueves, 6 de noviembre de 2014

LA VIEJA MORADA

Esa vieja gata que ronronea sobre tus intestinos
Es en realidad una hermosa rata
Afectada de travestismo,
Que deambula por tu cochambrosa casa
Como el amo sobre sus dominios.

Sobre la lámpara con bordes de nácar
Quedan restos de adornos antiguos,
Señales de ardientes guerras libradas
Entre disfraces de hada y copas de vino.

Las botellas esparcidas por la casa
Desprenden un saludable olor vespertino
A barato alcohol de garrafa
Y boles despojados de pringosos aperitivos.

En un dédalos de ropa esparcida se marcan
Los obtusos y alámbicados caminos
Que llevan desde el salón hasta la cama
Atravesados a deshoras y sin tino.

El sofocante techo es una costra lejana
Vestida con ropa de domingo,
Las paredes del cuarto se agarran
A las tablas de un armario raquítico,
Que tiembla sobre zancos de lata
Como el funambulista pende de un hilo.

Y allí entre la selva que habitas, desabrido
Como un viejo perro con garrapatas,
Fumas, bebes y mueres un poquito

Cada día que pasas en este mundo maldito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario