jueves, 29 de noviembre de 2012

Tabaco y patatas en Nueva York


Entre humo de cigarro y bronceadas patatas
Merilyn surge como un vástago
De la piel putrefacta de la Gran Manzana,
Colmada de diamantes y oro
En vestido de santén rojo y guantes de lana.

Las volutas caracolean sensuales
Sobre su boca de carmín ribeteada,
Pálida, sensual y esbelta
Como una peligrosa diosa-gata.

El siglo XX vomita sobre el Empire State
El corazón de diez mil niños de África,
Como un bulímico insaciable
Devora los continentes con soberbia contumacia.

 El glamour es un tacón de zapato
Clavado en la columna de una rata,
Un beso, es un certero zarpazo
Perlado de caviar iraní de lata.

Un coche ya no es un transporte
Es una noche de sexo que se acaba
Cuando el bourbon de toda la noche
Con premura va navegando hacia la taza.

Marilyn se va quedando a oscuras
Mientras el desayuno de Tyffanys se enfría,
Las píldoras son amorosas y maternales manos
Que del siglo XXI su camino desvían.

Las patatas son peces dorados que nadan
Sobre un mar de aceite condensado
Lacias como deshuesados lirios vencidos
Que la velocidad del tiempo dejó exhaustos.

No quedan en Nueva York ya héroes
Ni damas vestidas de trajes de piel,
Sólo asfalto,
Sólo marionetas de papel maché
Que se resisten a que termine el último acto.

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