Atraído por la sed de tus ojos
Atravieso el Aqueronte sin pagar precio,
pues desde pequeño pertenezco al gremio
de los que no necesitan tirar de óbolo.
Mis días no transcurren ociosos,
En cada afán buceo tras el mejor pecio
Mi carácter se fragua profundo y recio,
Ajeno a cualquier elogio peligroso.
No me deleito con manjares sabrosos,
El mejor alimento lo consigo estando ebrio
Cuando siendo estúpido necio,
Aúllo en la calle como un perro dichoso.
Recorro los caminos como un solitario lobo
Y evito, si puedo, tomarme la vida en serio,
Aunque por ello, a menudo, sienta su desprecio,
A nadie doy explicaciones de cómo me comporto.
Nací de un profundo charco de lodo
Una colmena de salvajes fue mi colegio
Sufrí, como sufren los locos egregios,
Sumergido en aquel oscuro barrio pantanoso.
Inmerso en ese vendaval tormentoso,
por fin supe poner acertado remedio
Para romper aquel maldito sortilegio,
Y aparecer ante ti en sereno reposo.
Un artista que se sacude a golpe de palabra el lodo de la sociedad. ;)
ResponderEliminarGracias Jose por tus palabras, siempre tan amables.
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