sábado, 12 de mayo de 2012

PARAÍSOS CERCANOS

Parece mentira, a veces, que el cielo esté tan cercano:

Es una mariposa cautiva en la palma de la mano,

La franca sonrisa de un niño que cae como un rayo

Que cual bandolero nos asalta, cuando tranquilos caminamos.

La palabra tendida, hilada por la vida, de un poeta urbano,

La noche tranquila, perfumada, que duerme

En las esquinas de nuestro recorrido cotidiano.

Una nube que se pasea, sin prisa,

Vogando ociosa hacia el horizonte lejano,

Como vuelan los sueños desprevenidos

Cuando se avienen las primeras calores del verano.

Una caricia desprendida como hoja de otoño en mayo,

El roce, como un ciclón enorme, de una amiga mano,

Que embravece las emociones, que pone negro sobre blanco

Lo que sin tener que ser dicho

Resuena como un cañón bien templado.

Una casa engalanada con el color del narciso nardo

Recostada sobre la ladera, abrazada por los manzanos,

Amada por el río que baja de los montes nevados

Que la prende de la cintura y la hace bailar despacio.

Mira esa enorme luna como un gajo de cobalto,

Azul contra el negro que la recubre con un manto

Perlado de diamantes dispuesto para el mejor de los cuadros.

Parece mentira, a veces, que olvidemos sin pensarlo

Lo cerca que está el cielo y cuan lejos intentamos buscarlo.

2 comentarios:

  1. me ha encantado niño, me haces vivir lo que tu piensas

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  2. Exacto, Agu. Hay que lo bueno está más cerca de lo que creemos; solo hay que saber mirar. Gracias por esta sabiduría tan hermosamente explicada.

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