Nace la mañana en las copas
De los verdes olivos aceiteros,
Rojas gotas de sangre acunadas
Por los jaramagos mecidos por el viento.
Camino, conmigo mismo,
Por la tierra andaluza en la que crecí,
Acompañado de esa huidiza fiel amiga
Que a nadie sigue salvo a mí.
Ladra en el cortijo el perro,
Castañetea la roja perdiz,
Lejano en el rojo horizonte
El camino serpenteante se une al añil
De un cielo que se me antoja lejano
Como al lugar al que yo quisiera ir.
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