Si fuera viento que mueve las nubes,
Si fuera libre,
Si fuera agua.
Eterna gota que sublima su esencia
Gozando de la dulce decadencia
En la noche más amarga.
Si no me atrapara esta urbe,
Que como voraz fiera persigue
La claridad que mi mente alcanza.
Si tuviera aún fuerzas
Para desprenderme de los restos de mi alma,
Para ser velero
Que los inmensos mares surcara,
Sin ancla ni rumbo fijo,
Poniendo siempre proa a la mañana.
Si tuviera un ápice de valentía,
Una gota de sangre brava
Corriendo por mis venas
Bañando mis entrañas.
Si fuera un enorme cíclope
Que feroz se lanzara
Contra los hombres y los dioses
Contra las ataduras que me maniatan.
Oh, férreos grilletes, cadenas pesadas,
Sutiles raíces resistentes
Que a pesadas rocas me enlazan.
Si pudiera ser pluma
Mecida por la brisa que se escapa
Del murmullo apenas perceptible
Con que habla el rocío a la escarcha.
Y he aquí mi cuerpo aguerrido
Sediento de luz de luna clara
Queriendo asir con la mano
Los sueños que mi debilidad espanta.
Perdí la huella del camino
Por seguir el rastro que otros pisaran,
Ahora dormido, cansado, dolorido,
En la orilla espero mi mortaja.
Prodigioso. Has nacido para esto, ruiseñor.
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